sábado, 6 de octubre de 2012

1. Autorretrato.


El primer ejercicio de la asignatura consiste en seleccionar un fragmento de la obra de Dalí (Diario de un genio) y relacionarlo con algo personal; hacer una foto para nuestro perfil que contenga el concepto de autorretrato sofisticado.
En un principio, se nos animó a que fuese una fotografía que nos endiosase. Un artista no tiene que infravalorarse.

El fragmento que he escogido de Diario de un genio puede que no sea idóneo con respecto a lo que yo quiero contar de mi autorretrato. Pero me llevó hasta la idea que quise desarrollar. Por lo tanto considero, que sí es importante.

Freud pensaba que el inconsciente es un contenido psíquico que no puede volver a la conciencia. Yo hubiera podido ser para él la prueba viva y fundamental de que la paranoia, precisamente una de las formas más extraordinarias del inconsciente racional, puede animar perfectamente los mecanismos racionales y fertilizar lo real con una eficacia tan considerable como la lógica experimental.

Diario de un Genio, Dalí.

Todos tenemos una parte consciente e inconsciente en la forma de ser. La consciente es la que muestras al mundo. La inconsciente es todo lo que eres.
Nadie se desnuda antes nadie, es lo que quiero decir.
Todos mostramos un fragmento pero no enseñamos lo que somos en toda nuestra amplitud.

La materialización de esta idea comenzó a solidificarse con el concepto de una máscara que tiene la finalidad de ocultar el rostro. Me vinieron a la mente las máscaras venecianas, tan propias de su estilo victoriano. Pero ocultan la identidad que es lo que verdaderamente importa.
Los mimos fueron mi segunda opción. Rostros blancos y mudos. Pero yo no quería mostrar expresiones sin sonido.
Mi objetivo era mostrar los dos lados de una persona, así que pensé en dividir el rostro por el eje; mitad-artificial, mitad-natural. El maquillaje, algo tan utilizado sobretodo por las mujeres para embellecer y armonizar los rostros, fue lo que elegí para mostrar el lado consciente. 

No tuve muchos recursos, así que utilicé el fondo del baño público; las baldosas blancas dan sensación de tranquilidad, neutralidad, pureza y silencio. Desde mi punto de vista, un fondo que parte de la nada y que permite protagonizar lo que muestras.







Afortunadamente, no tenemos por qué parecernos a nuestros retratos. 


Anatole France, escritor francés (1844-1924)

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